A continuación, reproducimos un editorial que refleja la opinión del Gobierno de Estados Unidos, y que fue publicado originalmente con el título Time for Permanent Peace in Syria :
Estados Unidos condena enérgicamente la violencia perpetrada contra civiles en la gobernación de Suwayda, Siria, que comenzó en julio. La embajadora Dorothy Shea, representante interina de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, instó a todas las partes a adherirse al acuerdo de alto el fuego.
Suwayda es una zona del sur de Siria, habitada principalmente por la comunidad drusa, con poblaciones cristianas y beduinas más pequeñas. Los enfrentamientos entre las comunidades locales drusas y beduinas se intensificaron hasta convertirse en una violencia significativa a mediados de julio, momento en el que las tropas del gobierno sirio entraron en acción. Al menos 800 personas han muerto, según informes de prensa.
La embajadora Shea reiteró la necesidad de que las autoridades sirias exijan responsabilidades a los autores de masacres.
Acogemos con satisfacción las acciones del gobierno sirio para realizar investigaciones exhaustivas y exigir responsabilidades a los causantes de la reciente violencia, así como sus medidas para aumentar el flujo de ayuda, restablecer los servicios públicos y repatriar a las personas desplazadas a sus hogares.
También celebramos el compromiso del gobierno sirio de cooperar plenamente con las Naciones Unidas para investigar los delitos y coordinarse con las agencias pertinentes de la ONU para apoyar el flujo de ayuda humanitaria vital.
“Una Siria unida y representativa requiere un sistema de justicia coherente, transparente y creíble”, enfatizó Shea.
“Ahora le corresponde al gobierno sirio tomar medidas para arrestar, detener y aplicar medidas contra las personas que cometieron delitos y que contribuyen activamente a la inestabilidad en Siria”, agregó la representante estadounidense.
Estados Unidos no pretende dictar la forma del gobierno ni la constitución de Siria. Pero tras la reciente violencia, dos cosas deben quedar claras:
“Primero, no hay cabida para la violencia sectaria. El gobierno sirio debe actuar con decisión y coherencia para proteger a todos, sin importar su etnia o religión. Debe haber tolerancia cero y justicia pronta para cualquier miembro del ejército sirio que abuse de la confianza depositada en él. Segundo, todos los sirios merecen tener voz y voto en el gobierno de su país”.
“El pueblo sirio luchó durante más de 13 años no solo para librarse de Bashar al-Assad, sino también por el derecho a decidir su propio destino. La única manera de que Siria se estabilice será cuando todos los sirios compartan el mismo interés en el futuro del país y el poder comparten el poder colectivamente”, declaró la embajadora Shea.
“Por eso, instamos al gobierno sirio, y a los líderes de todo el país, a entablar un diálogo constructivo sobre su futuro compartido”, concluyó.
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